Islas Feroe ha encontrado su deporte
Islas Feroe es una pequeña nación compuesta por dieciocho islas con parajes salvajes, costas con acantilados y ovejas vagando en libertad. De hecho, en estas islas hay más ovejas (80.000) que personas (apenas 50.000).
Políticamente pertenece al Reino de Dinamarca pero tiene un alto nivel de autogobierno. Solo depende de los daneses en cuestiones de defensa, política monetaria y finanzas. Oficialmente. Extraoficialmente ha desarrollado una conexión invisible con el reino al que pertenece: el balonmano.
Dinamarca es una potencia mundial en el balonmano, aquí os lo contaba
En Islas Feroe han decidido seguir sus pasos. El feroés es una gran apasionado del deporte, tradicionalmente el fútbol ha sido su disciplina favorita, pero su selección siempre ha tenido un nivel competitivo menor, acorde con su escasa población. Nunca ninguna selección de las Islas Feroe, de ningún deporte, había tenido presencia en una fase final de una competición internacional en categoría absoluta.
Hasta ahora.
El pasado domingo concluyó el campeonato europeo de balonmano celebrado en Alemania. El triunfo final se lo llevó Francia de forma épica, ya que forzó la prórroga en semifinales contra Suecia con un gol inverosímil con el tiempo ya concluido. En la final se impusieron a la favorita, precisamente Dinamarca. Pero hay una selección que ha disfrutado de este campeonato igual o más que el equipo galo. Obviamente, hablo de la selección de Islas Feroe que se clasificó para un gran evento deportivo por primera vez en su historia.
Esa clasificación ha sido un hito en el país hasta el punto de que se desplazaron 5.000 feroeses a Berlín para apoyar a su selección. Daros cuenta de que estamos hablando del desplazamiento del 10% de la población. Si descontamos a los niños que tenían colegio y a sus familiares encargados de cuidarles podemos decir que casi medio país se fue a animar a los suyos a Alemania.
Islas Feroe quedó encuadrada en un grupo con Eslovenia, Noruega y Polonia. Las dos primeras aspiraban a pelear por las medallas e Islas Feroes acudía con el objetivo de competir los partidos sin salir avasallada. En su debut sorprendió peleando hasta el final con Eslovenia (32-29). Su segundo partido era contra la potente Noruega y los feroeses decidieron entrar en la historia. Contra todo pronóstico, arrancaron un empate en el último segundo. Su afición lo celebró como si hubieran ganado el europeo, y no era para menos.
El mundo del balonmano contemplaba ojiplático la posibilidad de que Islas Feroe se clasificara para la segunda fase. Lo tenían en su mano, les bastaba una victoria contra Polonia (que había salido derrotada de forma abultada tanto con Eslovenia como con Noruega). Sin embargo, el jovencísimo equipo feroés acusó la presión de la hazaña y permitió que se le escapara el partido contra los polacos. No pasa nada, jugadores e hinchada volvían a sus islas orgullosos. Nadie duda de que habrá más oportunidades, y es lógico dada la juventud del equipo.
Este sorprendente éxito del equipo feroés es producto de una fantástica planificación deportiva a través de las categorías inferiores. Ya han llegado a cuartos de final en el pasado mundial juvenil y junior, y sus grandes estrellas son jugadores jovencísimos. El goleador Oli Mittum apenas tiene 18 años, su hermano Pauli también forma parte de la selección, y la otra gran estrella del equipo es su primo, el central de 21 años Elias Ellefsen que ya ha fichado por el poderoso Kiel alemán.
El balonmano en las Islas Feroe es como una gran familia, en todos los sentidos, y tiene un futuro muy prometedor. Se hablará de ellos, no tengo pruebas, pero tampoco dudas.
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