España no ha jugado un solo Mundial de Rugby masculino en todo lo que va de siglo XXI.
Tal cual.
En la mayoría de los deportes de equipo las selecciones españolas (tanto masculina como femenina) obtienen buenos resultados, excelentes en algunos casos. El rugby es otra historia. La élite compuesta por los equipos del seis naciones (Francia; Inglaterra; Irlanda; Escocia; Gales e Italia) y las cuatro grandes potencias del hemisferio Sur (Nueva Zelanda; Sudáfrica; Australia y Argentina) está a años luz de la selección española.
Eso sí, España ha acortado distancias con el segundo escalón. El trabajo de nuestro rugby ha sido muy bueno y, en circunstancias normales, España ya debería haber disputado tanto el Mundial de Japón 2019 como el de Francia 2023.
Sin embargo, una serie de catastróficas y surrealistas desdichas lo ha impedido. Esta es su historia.
El caradura
Nos remontamos al año 2018. España vence a Rumanía, su gran rival, en la fase de clasificación y lo tiene todo a favor para conseguir el billete al Mundial de Japón. Le basta con ganar en Bélgica.
Y empieza la conspiración.
Para el último partido de clasificación designan un árbitro rumano. Concretamente, se encarga pitar el partido a Vlag Iordachescu. La elección no tendría nada de particular salvo por el detalle que si España pierde ese partido la gran beneficiada es Rumanía. Dicho de otro modo, si España gana a Bélgica va al mundial. Si pierde, va Rumanía.
La situación es rocambolesca, si queremos ser diplomáticos. Absurda, si subimos un poco el tono. Y vergonzosa, si decimos lo que pensamos.
Lógicamente, la Federación Española de Rugby, con toda la educación y cordialidad posible, solicita que se cambie la designación del árbitro. Le vale cualquier nacionalidad que no sea belga, española o rumana para que el colegiado mantenga su imparcialidad.
¿A quién va dirigida esa petición? A la Rugby Europe. ¿Quién la preside? Un rumano, concretamente Octavian Morariu.
Y ¿qué dice Octavian? que no entiende la petición de España. Todo sigue como está, ese partido lo pita un rumano.
España intenta confiar en la honestidad del colegiado, al fin y al cabo esto es rugby y se presumen unos valores.
Craso error.
Se disputa el partido y la actuación del árbitro rumano es sencillamente escandalosa. Dicen los que allí estuvieron que no se recuerda nada igual. Si el partido lo pita el entrenador de Bélgica no hubiera sido más parcial. Obviamente, gana Bélgica 18-10 y España queda fuera del Mundial.
La última imagen del árbitro en aquel partido es rumbo al vestuario de forma apresurada con cara de angustia perseguido por varios jugadores españoles con intenciones inquietantes. Da la impresión de que si le alcanzan la cosa no se hubiera podido resolver solo con palabras.
Al menos, la justicia poética hizo su aparición y Rumanía fue después descalificada por una extraña alineación indebida que también salpicó a España y a Bélgica. Da la impresión de que el mundo del rugby no quiso que Rumanía se clasificara de forma tan miserable y se quitó del medio a todos los implicados.
Al Mundial fue Rusia.
El mentiroso
Después de aquél turbio asunto del colegiado rumano designado por un Presidente Rumano para favorecer a Rumanía, España se juramenta.
Estamos en el 2022. Hay equipo para ir al Mundial de Francia. Lo vamos a conseguir.
Y lo consiguen. En un complicado partido contra Portugal se consigue la victoria y el billete al Mundial del país vecino.
Espera que no, que ahora tampoco.
Hay una reclamación. España ha alineado a un jugador de origen sudafricano cuya nacionalidad española no cumple con el reglamento. ¿Qué ha pasado? pues que el jugador es un mentiroso y aunque había manifestado que llevaba tres años seguidos residiendo en España en realidad durante la Pandemia vivió en Sudáfrica.
¿Nadie de la Federación lo comprobó? No. Pero vamos a ver, ¿se trata de un gran jugador sudafricano clave para la clasificación? Qué va, solo jugó los minutos finales de un par de partidos ya resueltos. Aportación nula.
Pero da igual. La reclamación por alineación indebida prospera y, tras el correspondiente procedimiento, España es sancionada con pérdida de puntos en los partidos disputados por ese jugador.
Nuevamente fuera del Mundial.
Y ahí no queda todo. ¿Qué país presentó la reclamación? Sí, efectivamente…Rumanía.
En esta ocasión no hubo justicia poética y el Mundial de Francia lo disputó la selección rumana.
Los deportistas
A pesar de haberse quedado fuera de dos mundiales por cuestiones completamente ajenas al mérito deportivo los jugadores españoles no se rinden.
Vamos a ir al mundial de Australia sí o sí. Ni árbitros parciales, ni mentirosos, ni fallos federativos. Hay que clasificarse en el campo y lo que pase en el campo que nos lleve al Mundial.
Excelente ejercicio de resiliencia.
El viaje a Australia.
Y esta vez sí, España irá al Mundial de 2027 en Australia. Se venció a Países Bajos y se venció a Suiza. No hay reclamaciones ni conspiraciones a la vista.
Ahora sí, parece que definitivamente sí, España disputará su primer Mundial de Rugby masculino en lo que va de siglo.
Nunca es demasiado tarde. Enhorabuena leones.
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Hasta el miércoles que viene.
Hola Ignacio, como estas?.
Como ya sabes todo lo que respira deporte me apasiona así que cuando lees historias como esta te llevas las manos a la cabeza diciendo que no puede ser pero como bien has escrito ocurre y lo triste es que en muchas ocasiones el publico no sabe muy bien que paso. Ya tocaba que los pobres fueran y aunque es complicadísimo que puedan destacar quien sabe si en 2027 nos cuentas una historia de las tuyas dándonos una alegría inesperada