Justo antes de que finalizara el pasado siglo Kevin Costner protagonizó una película de Baseball titulada “For love of the game”. Aquí en España se tituló libremente “Entre el amor y el juego” en vez de respetar como procedía el título original “Por amor al juego”. En esa película, el protagonista era un pitcher que jugaba un partido de baseball perfecto. Aunque lo verdaderamente relevante en el film era la relación personal del personaje interpretado por Costner con la mujer interpretada por Kelly Preston (quizás por eso el traductor se vino arriba y se inventó el título), viene muy al caso esta semana lo del partido perfecto porque se ha dado uno en la vida real.
Un partido perfecto de baseball es aquel en el que el pitcher elimina a los 27 bateadores del equipo contrario sin que ninguno de ellos sea capaz de lograr ni una sola base. Es algo tan extraordinario que se llevaban disputados más de 25.000 partidos seguidos sin que sucediera hasta el de la semana pasada.
La hazaña la consiguió Domingo German pero no le vamos a dedicar el post de esta semana. Primero, y principalmente, por su lamentable comportamiento en el 2019. Además, su hito es extraordinario pero lo consiguió contra los Athletics de los que ya os hablé hace un par de semanas y son un equipo de todo menos competitivo. Y para terminar, porque acaba de empezar una de esas competiciones que mejor simbolizan el título de la película de Costner, el original. El título de verdad.
Acaba de comenzar Wimbledon.
Venus Williams ha participado esta semana en Wimbledon a sus 43 años. Ha hecho un esfuerzo competitivo en las últimas semanas para que la invitaran y lo ha conseguido. Estaba deseando poder participar. No tiene opciones reales de ganarlo y tampoco lo necesita, lo ha ganado ya cinco veces. Pero quería estar ahí. No es cuestión de dinero, no es un asunto competitivo. Simplemente quería estar allí, por amor al juego.
No solo en el lado del cuadro femenino se trata de un Wimbledon especial. Aunque en el masculino no destaca una presencia mítica, sino la ausencia de una leyenda.
El otro día los Príncipes de Gales mandaron un tweet con una foto de Wimbledon preguntando quién se animaba a jugar un partido de tenis. Recibieron miles de respuestas pero una destacaba por encima de todas.”Contad conmigo” contestaba un tweet muy especial. Y sin duda lo era, porque lo mandó el mismísimo Roger Federer.
Aquí os dejo pantallazo del momento.
Roger Federer es el jugador más laureado de la historia de Wimbledon pero el año pasado hizo lo posible, y lo imposible, por volver a participar. Una última vez, su despedida. Su estado físico se lo impidió y no mucho después anunció su retirada.
Este año se celebra la primera edición con Federer apartado de las pistas. Ese jugador que eliminó a Sampras, el héroe de su adolescencia. Ese tenista que ganó cinco Wimbledon seguidos y no fueron seis consecutivos porque cayó contra Nadal en una final inolvidable que muchos consideran el mejor partido de la historia. Ese Federer que tiene el récord de títulos individuales masculinos con ¡ocho! trofeos. Ese mismo jugador que también tiene el récord de finales jugadas con doce presencias en el partido decisivo.
Pues bien, ese tenista que es leyenda en Wimbledon, sentía la necesidad de volver a pisar esa hierba londinense. Aunque fuera para jugar con los Príncipes de Galés en un evento benéfico.
Porque hay competiciones que desafían a la lógica económica y deportiva. Competiciones especiales que enamoran a los aficionados y a los deportistas. Wimbledon es una de ellas y muchos quieren estar allí simplemente…por amor al juego.
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Hasta el miércoles que viene.
Larga vida a Federer!!!!
Cómo se le echa de menos 🥲 Menos mal que el espectáculo sigue con Carlitos