En el popular cómic de Astérix y Obélix ambos disfrutan de sus peleas con las legiones romanas que aplastan a puñetazo limpio sin despeinarse. Cuando los incautos romanos tratan de frenar su avance, Obélix los aparta de un manotazo y continúa su camino.
En los años noventa disfrutamos de un jugador de rugby que protagonizó algunas inolvidables jugadas al más puro estilo Obélix. Este lunes hubiera cumplido cincuenta años.
Se llamaba Jonah Lomu.
Nació en Nueva Zelanda aunque sus orígenes eran de Tonga. En su país hay dos pasiones: el rugby y la vela. Lomu era grande, fuerte y rápido así que le fue fácil elegir.
Destacó desde joven en el rugby y fue llamado muy pronto por su selección. Con apenas 20 años y muy poca experiencia con los legendarios All Blacks, debutó en un Mundial. Hablo del campeonato del Mundo de Sudáfrica de 1995.
Aquel verano Mandela consiguió que los Sudafricanos de cualquier raza y condición se unieran, probablemente por primera vez, en torno a un mismo objetivo. Todos apoyaron a los Springbox. Clint Eastwood dirigió una bonita película sobre esa historia.
En lo meramente deportivo la estrella indiscutible fue Lomu. Surgió como un jugador imparable cuando recibía el ovoide en velocidad. Sus jugadas apartando con facilidad a sus rivales dieron la vuelta al mundo.
Una acción destacó por encima de todas. Nueva Zelanda se enfrenta con Inglaterra en semifinales. Al comienzo del partido avanza hacia la línea de ensayo y un jugador inglés se interpone para intentar placarlo. Lomu no lo esquiva, ni siquiera lo aparta. Simplemente pasa por encima y consigue el ensayo.
Al más puro estilo Obélix.
Inglaterra fue aplastada, Lomu consiguió cuatro ensayos en aquel partido. A pesar de la sensacional actuación de Lomu su equipo se tuvo que conformar con el subcampeonato. Ese era el Mundial de Sudáfrica y Mandela.
Cuatro años después, se disputó el Mundial de rugby de Gales de 1999. Lomu volvió a tener una actuación legendaria y de nuevo protagonizó una jugada para el recuerdo. Agarrado por cinco jugadores franceses, continuó avanzando como pudo hasta conseguir cruzar la línea de ensayo. Sin embargo, Nueva Zelanda perdió aquella semifinal.
Lomu consiguió 15 ensayos en solo dos mundiales. Se convirtió en el jugador con más ensayos mundialistas y nadie lo ha conseguido igualar hasta la fecha.
Tenía apenas 24 años y una carrera por delante. Nadie lo podía imaginar, pero ya había jugado sus mejores partidos. Después del Mundial de Gales comenzaron sus problemas de riñón. Padecía un síndrome nefrótico que nunca le permitió volver a ser el mismo. Se perdió el Mundial de 2003. Al año siguiente, tuvo un transplante de riñón y pudo seguir jugando pero ya siempre con problemas renales.
Su carrera fue en declive. Colgó las botas a los 34 años cuando defendía los colores de un equipo de segunda fila francés.
Apenas seis años más tarde, Lomu falleció como consecuencia de su enfermedad cuando sólo tenía 40 años.
Su funeral fue muy emotivo. Se celebró en un estadio de rugby. El féretro fue transportado a hombros por amigos y familiares bajo la atenta mirada de su mujer y sus hijos. Al llegar al centro del estadio, les esperaban todos los All Blacks que compartieron selección con el gran Jonah Lomu.
En medio de un silencio reverencial, aquellos All Black despidieron a su querido amigo y compañero con una última Haka. Aquí tenéis el momento.
Lomu tuvo una carrera deportiva muy corta y una vida muy breve. Nada de eso impidió que dejara una huella imborrable. Es normal, fue un jugador que parecía surgido de un cómic.
Bonus track: en las últimas semanas os he hablado de dos equipos con increíbles aspiraciones europeas. Uno del Círculo Polar Ártico y otro de una pequeña localidad catalana. El Bodø apenas tuvo opciones, el Noia sí que las tuvo. Ninguno pudo alcanzar el título europeo como tampoco Lomu se proclamó campeón del mundo.
Da igual. No hace falta ganar para ser grande.
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Hasta el miércoles que viene.
Una leyenda. Recomiendo un documental sobre su vida en Movistar. Buen post!
El Haka es especial pero verlos a todos de "civil" haciéndolo y el silencio total cuando termina, me llegó al corazón eh. Mucho sentimiento en un video de minuto y medio.