Este es el último post de esta primera temporada de los Pasos de Bikila y me gustaría hacer un homenaje a una de las mejores historias de este año: el Scudetto del Nápoles.
El Nápoles es un equipo de sur de Italia que en los años ochenta nunca había ganado la liga, ni siquiera había estado cerca. Todo cambió cuando ficharon a un zurdo argentino, un tal Diego Armando Maradona. Bajo su magistral batuta, añadida al efecto llamada que su presencia tuvo para otros buenos jugadores, el Nápoles consiguió su primer Scudetto. La euforia se desató en el Estadio San Paolo. Pocos años después, la magia de Maradona les regaló un segundo título de liga y la ciudad enloqueció. Para ellos era mucho más que una simple liga, para los napolitanos era la primera vez que su tierra, tildada de mafiosa, casposa e irrelevante, lucía orgullosa ante toda Italia. Era el año 1990. Maradona se fue y nunca más disputaron la victoria en un Scudetto… hasta este año.
Aquí van algunas historias relacionadas con esa hazaña.
La mano de Dios
Paolo Sorrentino es un director de cine italiano con algunas películas de culto. La más famosa es la Gran Belleza que ganó el Oscar de Hollywood a la mejor película extranjera.
Cuando era apenas un adolescente Maradona llegó a su vida. Fue todo un acontecimiento para él y su pasión por el Nápoles se multiplicó. Un mal día, sus padres se fueron a pasar un fin de semana a su casa en el campo y le dijeron que se fuera con ellos. Sorrentino tenía 17 años y normalmente les acompañaba en esas escapadas, pero ese domingo jugaba el Nápoles de Maradona en casa y decidió no ir con sus padres para quedarse a ver el partido.
Ese fin de semana hubo una fuga de gas en la casa de campo de sus padres y ambos perdieron la vida. El trauma que supuso para él quedarse huérfano tan joven y la inmensa tristeza que le invadió, unida a la paradójica sensación de que tenía que aprovechar la oportunidad que la vida le había dado, la narra el director italiano en una película que tituló “la mano de Dios”.
En el pasado mes de mayo Sorrentino fue al estadio del Napóles, ahora llamado Diego Armando Maradona, para celebrar junto a todos los aficionados el nuevo Scudetto de su equipo. Es difícil imaginar todos los recuerdos y sensaciones que ese momento tendría para el aclamado director. Aquí os dejo una imagen del momento que habla por sí sola.
El perdón de los napolitanos
Fabio Quagriarella era un prometedor futbolista con talento ofensivo cuando fichó por el Nápoles allá por el 2010. La afición le recibió con los brazos abiertos pero el idilio duró muy poco. Al verano siguiente, tras solo una temporada defendiendo la celeste napolitana, Quagriarella fichó por la Juventus. Los tifosi napolitanos le tildaron de traidor y fue declarado persona “non grata” en la ciudad. No solo había abandonado al equipo al poco de llegar, sino que lo había hecho para sumarse a las filas de un club rico del norte de Italia. La máxima traición en el código napolitano.
Años después se supo que la temprana marcha de Quagriarella estaba más que justificada. Tal y como se demostró en el correspondiente procedimiento judicial, él y su familia habían sido víctimas de la extorsión y las amenazas de un corrupto policía napolitano que les hizo la vida imposible. Como es comprensible, Quagriarella denunció al delincuente y puso tierra de por medio mientras todo se aclaraba.
Cuando la verdad salió a la luz, los hinchas napolitanos comprendieron lo injustos que habían sido con el jugador.
La presente y triunfal temporada del Nápoles concluyó el pasado mes de junio con un partido en casa ante la Sampdoria. Se dio así una de las maravillosas causalidades que nos regala el deporte porque en la Sampdoria juega actualmente…Fabio Quagriarella que a sus ya cuarenta años se despedía de la liga italiana. Los napolitanos aprovecharon el reencuentro para rendirle tributo y perdón a su ex jugador que acabó visiblemente emocionado por las muestras de cariño de su antigua afición.
Un ídolo indomable
En este breve repaso de historias napolitanas no podía dejar de mencionar alguna de las muchas que dejó para el recuerdo el gran Maradona.
Corría el año 1985 y un padre buscaba desesperado recursos para operar a su hijo cuya salud estaba en grave peligro. Como el niño era de Acerra, una localidad muy cercana a Nápoles, el padre contactó con el Presidente del club napolitano para proponerle un partido benéfico en el Estadio San Paolo que pudiera generar ingresos económicos para financiar la operación de su hijo. No sabemos si la historia conmovió o no al Presidente Ferlaino, lo que sí sabemos es que no lo suficiente porque denegó la solidaria petición por temor a que se lesionara alguna de las estrellas de su equipo, singularmente Maradona.
Lo que no sabía Ferlaino es que uno de sus jugadores, concretamente el medio centro Pietro Puzone, también era de Acerra y conocía perfectamente la historia del niño y la petición de sus padres. Indignado, contó la situación en el vestuario napolitano. Fue entonces cuando el mismísimo Maradona motivado por el drama que vivía esa familia y siempre rebelde ante cualquier prohibición, lideró a sus compañeros para jugar ese partido benéfico.
Como no podía ser en el estadio del Nápoles, lo celebraron en el modesto campo del equipo local de Acerra. Era un terreno amateur que se encontraba aquel día completamente embarrado. Nada de eso frenó a Maradona ni a sus compañeros que jugaron el partido entregados ante 10.000 apasionados espectadores que no daban crédito a que futbolistas de ese nivel estuvieran jugando en su pueblo. Para explicar la pasión que desató el partido basta decir que la capacidad máxima del estadio en realidad era de 5.000 espectadores, pero muchos lo vivieron en la distancia incluso subidos a sus coches.
Los padres del niño necesitaban 20 millones de liras para financiar el traslado y operación de su hijo pero el reducido tamaño del campo de Acerra solo permitió recaudar 5 millones de liras. Podéis imaginaros quien puso los 15 millones de liras que faltaban. Efectivamente, Diego Armando Maradona.
Aquí concluye la primera temporada de la newsletter. Os agradezco mucho a todos los que la leéis y ya sabéis que estoy abierto a cualquier sugerencia de deportes que echéis de menos en las historias que vamos contando. Me podéis dejar vuestras propuestas en los comentarios de este post o directamente respondiendo a este mail.
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Nos vemos en septiembre.
Fantastica temporada y ya dispuestos a mas historias así que buen verano Ignacio, estaremos atentos a tu regreso