Tienes apenas dieciocho años, acabas de llegar a la élite del fútbol profesional y un entrenador vasco y malhumorado te dice que estás muy verde, que te tienes que curtir en el equipo filial.
Al año siguiente, los mandos del primer equipo los tiene un galés bastante sarcástico. La situación del equipo es mala y necesita probar cosas nuevas. Se acuerda de ti, te repesca, y te da una oportunidad. Jamás volverás a jugar con el filial. El británico es sustituido después por un desconocido entrenador francés. Este galo pronto te encandilará con sus conocimientos futbolísticos y con él disfrutarás tus primeros éxitos importantes.
Tu juego no pasa desapercibido y tienes el honor de ir a jugar a una importante liga en el extranjero, a Inglaterra. Nada más y nada menos. El idioma no será un problema porque el vestuario lo lidera un entrenador madrileño antipático pero muy profesional. Con él levantarás tu primera Champions. Llega el turno de la selección. Allí te entrenará un tipo inclasificable. Genuino. Capaz de ser a la vez desagradable y también entrañable. Su personalidad te dejará huella. Y con él conseguirás la Eurocopa.
Acabada tu aventura inglesa, vuelves a España. Ahora te pones bajo los mandos de un entrenador chileno. Es pausado, elegante y muy educado. Solo durará una temporada en el cargo pero también aprenderás mucho de él.
A la espera de conocer a tu nuevo entrenador te vas a jugar un mundial. El nuevo seleccionador es un tipo de reputación intachable, de esas personas de las que casi nadie habla mal. Y te proclamas campeón del mundo.
Vuelves a tu club y el nuevo entrenador se sitúa en las antípodas. Es un portugués provocador, insolente y extremadamente competitivo. Siempre mantendrás una relación de recíproco respeto hacia él durante los tres años que aguanta en el banquillo.
Llega ahora el turno de un entrenador italiano. Lo agradeces porque es una escuela de fútbol laureada que todavía no habías conocido. Este coach transalpino es muy tranquilo pero se las sabe todas. Junto a él, lograrás tu segunda Champions.
Tu carrera como jugador está llegando a su fin y decides fichar por el club que dirige el mejor entrenador del mundo (para muchos). Compartes tres años con él y decides colgar las botas.
Como algunos habréis adivinado estoy hablando de la carrera como futbolista de Xabi Alonso. Tuvo la suerte de estar a las órdenes de muchos, buenos y muy distintos entrenadores. Siguiendo el orden cronológico Javier Clemente; John B. Toshack; Raynald Denoueix; Rafa Benítez; Luis Aragonés; Manuel Pellegrini; Vicente del Bosque; Jose Mourinhno; Carletto Ancelotti y Pep Guardiola.
Varios de los mejores entrenadores de este siglo compartieron vestuario con Xabi Alonso. Y quizás así se explica su deslumbrante comienzo como entrenador. Después de dirigir al filial de la Real Sociedad (que subió a segunda División después de 60 años sin jugarla) aceptó la llamada del Bayer Leverkusen. Nos situamos en octubre del año 2022 y el Leverkusen está desesperado en el penúltimo lugar de la tabla. Xabi Alonso coge los mandos y a pesar de empezar con problemas (solo gana un partido de los siete primeros) acaba dejando al equipo en puestos europeos.
Es solo el principio.
Esta temporada el Bayer Leverkusen se ha proclamado campeón de la Bundesliga por primera vez en sus 120 años de historia. Y lo ha hecho sin perder un solo partido en todo el año.
De penúltimo a campeón invicto en dieciocho meses.
Xabi Alonso ha liderado una de las mayores hazañas del deporte. No es extraño que el domingo pasado cuando el equipo certificó el título liguero y los aficionados invadieron emocionados el campo, sonara por la megafonía del estadio el “Que viva España”. Era su pequeño homenaje de agradecimiento a un entrenador fuera de serie.
Xabi Alonso tuvo la suerte de estar a las órdenes de grandes maestros del fútbol. Parece que los escuchó y aprendió mucho de ellos. Ahora tiene la oportunidad de convertirse en un maestro de maestros.
No hay duda de que está en el camino…
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Hasta el miércoles que viene.
Este viernes hablo de Bolt. A mí manera, claro ;) Ya me contarás...